miércoles, 30 de diciembre de 2009

Un año más

Se acerca fin de año y toca hacer repaso de lo que han sido estos últimos 12 meses. En mi caso puedo decir que, sin haber visitado grandes exposiciones ni nada que me haya dejado especialmente patidifusa, destaco de 2009 El Efecto Souvenir en el DHUB, mi visita relámpago al Guggenheim de Bilbao y el descubrimiento de Albert Vidal.

Cuáles son vuestros destacados del año? Deseos artísticos para 2010?

Mientras vosotros os lo pensáis yo me voy volando a Londres, a ver si cae la primera expo del 2010. Prometo volver pronto :-)

Feliz entrada y salida de año!!

jueves, 3 de diciembre de 2009

Invierno 09/10

Como ya hiciera con la temporada de verano, hoy toca sacar la agenda para apuntar qué se puede ver en Barcelona... y hasta cuándo. Sabéis de sobra que soy aficionada a las visitas de última hora, pero por lo menos esta vez tenemos algunos días festivos en los que escaparnos a desconectar de tanto consumismo. Pongámonos manos a la obra porque esta vez hay mucho que ver!

Empezamos con la exposición Forma y Color de la Galería N2, que nos promete un rato de evasión al rodearnos de esculturas de artistas jóvenes donde priman el color y la alegría en variedad de estilos y materiales. Hasta el 12 de enero.


MasArt Galery nos trae La Liberación Cómica, exposición en la que David Armengol nos propone reflexionar sobre el concepto de liberación cómica, acuñado por Eloy Fernández-Porta en su libro Afterpop que define «la creencia ciega en aquello que se realiza o se dice a sabiendas de su inminente fracaso, su inutilidad práctica o absoluta imposibilidad». Según David Armengol la exposición «gira en torno a este concepto, a la idea de la inestabilidad y el sinsentido inicial que se aleja de la clásica justificación y explicación de las obras». Como ex-alumna de Fernández-Porta y mini-fan de Armengol, no puedo perdérmela. Hasta el 8 de enero.



Galderich me recomienda De Rusia a la URSS: Grafismo y Revolución, que expone la galería A34. La idea es evidenciar la relación de los grandes movimientos rusos de finales del siglo XIX y principios del XX con la revolución gráfica que vivió supeditada a la socialista. Para más información visitad su blog, ha hecho una crítica buenísima. Yo me conformo con robarle una foto y apuntarme en la agenda que podré verla hasta el 31 de diciembre.


Pecado mortal no haberme pasado todavía pero HAY que ir a ver la exposición La Anarquía del Silencio: John Cage y el arte experimental del MACBA. Además de un espectacular programa de actividades paralelas (el concierto de Margaret Leng Tan fue simplemente extraordinario) la exposición cuenta con numerosas críticas positivas por parte de autoridades en el sector como Anna María Guasch, por citar a alguien "legible". Propongo esta exposición para aquellos que necesitemos un milagro dickensiano que nos haga recuperar la fe en las exposiciones del MACBA. Hasta el 10 de enero.


Otro de los caramelitos de esta temporada es Cerdà y la Barcelona del Futuro. Realidad vs. proyecto, del CCCB. No se vosotros, pero desde que leí La Ciudad de los Prodigios vivo en un asombro permanente ante el Ensanche de la ciudad condal y esta muestra propone un recorrido por su historia y una «inmersión dentro de la realidad actual» que nos ayude a pensar su futuro. Una reflexión entorno a una gran joya sobre la que normalmente no reflexionamos. Hasta el 28 de febrero.


El MNAC por su parte parece haber tirado la casa por la ventana con su Invitados de Honor, la exposición que celebra el 75 aniversario del museo. Por lo pronto parece que, además de haber traído una serie de obras de arte catalán de manera temporal al museo, poco más se ha hecho. De las informaciones que nos facilita el MNAC se extrae más bien poca cosa. Nos cuentan que «la muestra permite hacer un recorrido por la historia del arte catalán desde la Edad Media hasta el siglo XX a partir de piezas de gran calidad artística del románico, del gótico, del Renacimiento, del barroco, del siglo XIX y de los tres primeros decenios del siglo XX» y que «la exposición permite el retorno temporal a Cataluña de piezas muy relevantes que, por diversos motivos, se encuentran actualmente fuera de nuestras fronteras». Vamos, lo que vendría siendo el MNAC de toda la vida. En fin, propongo ir a verla aunque sea para criticarla y, de paso, ver en vivo El Gran Profeta de Pablo Gargallo. Hasta el 11 de abril.


Cambio radicalmente de tercio para hablar de lo que podemos ver en el Espai d'Arts Roca Umbert de Granollers, la exposición Art Lovers. Algunas controversias entorno a la topografía del arte. Para hacerlo breve (ya se han extendido aquí) os diré que estudiantes de BBAA de la Universidad de Barcelona y alumnos de un instituto de Granollers han consultado a varios vecinos elegidos prácticamente al azar sobre qué objetos tenían en casa que consideraran obras de arte. Además de exponer, por supuesto, dichos objetos, cuentan con entrevistas a los orgullosos dueños, valoraciones sobre los objetos en cuestión y actividades complementarias que completen la reflexión artística (casi filosófica) que nos plantean. Imprescindible, diría yo. Y visitable hasta el 30 de enero.


Cosmética Dogmática de CaixaFórum propone la mirada del artista Luis Gordillo sobre las obras del fondo de arte de la Fundación. No habiendo ido a ninguna de las exposiciones del ciclo, esta vez me interesa ver qué tiene que decir el artista y, más importante, cómo. Más de uno y una me la han recomendado y tenemos tiempo de verla hasta el 11 de abril.


Anthony Gayton expone en Mito Gallery Behold the Man, una muestra que nos acerca su visión de los cuentos de hadas y su intento de hacer de la fotografía algo menos "real": «la belleza de la fotografía yace en su habilidad de sorprender, de contradecirse a si misma, de desafiar la percepción de lo real e inventar nuevas verdades a través de mentiras convincentes», dice Gayton. Hasta el 14 de enero.


Un artista al que me propongo descubrir es Frantisek Kupka en la exposición homónima que nos trae la Fundació Joan Miró, checo afincado en Francia que parece ser de los pocos que fueron a su aire durante la época de las primeras vanguardias. Hasta el 24 de enero.


Finalmente, y a esta le tengo ganas desde hace tiempo, La Virreina nos ofrece Sojorn Íntim (que viene a ser algo así como una permanencia íntima), que cuenta con una serie de fotografías de Frédéric Nauczyciel en las que «unos personajes, minuciosamente dirigidos, interpretan una función para conseguir una finalidad: situar al espectador frente a la representación de una realidad aparentemente ajena, aunque íntimamente relacionada con su modo de ser, su forma de pensar, su modo de entender el mundo». Para los que quieran un rato de reflexión. Hasta el 14 de febrero.


Bueno, no os quejaréis. Con esto tenéis para los findes de los próximos dos meses por lo menos. Como siempre (yo no pierdo la esperanza), pasad por aquí y dejadme unas líneas contándome qué os han parecido las exposiciones, si es que os animáis a ver alguna. Y, en todo caso, si no os animáis, contadme por qué. Soy cotilla, qué le voy a hacer!

lunes, 23 de noviembre de 2009

Picasso, fotógrafo de Horta

Desde que tengo mi carnet del Museo Picasso parece que paso bastante tiempo por ahí, aunque a veces siga quedándome con las ganas de asistir a más de una actividad por falta de plazas y/o publicidad (anticipada, se entiende).

Este fin de semana he aprovechado el repaso rápido que quería darle a Picasso y la estampa erótica japonesa, antes de la conferencia que darán este miércoles sus comisarios, para echarle un ojo a la pequeña exposición fotográfica que han organizado en colaboración con el Centre Picasso d'Horta, Picasso, fotógrafo de Horta. Instantáneas del Cubismo, 1909. Una de esas exposiciones de las que esperas muy poquito pero de las que sales con mucho, y sobre todo con ganas de más.




La idea es bastante simple: en el marco del centenario de la segunda visita de Picasso a Horta, se han reunido las fotografías que tomó el pintor durante su estancia en el sur de Tarragona. Algunas de ellas son de su compañera sentimental del momento, Fernande Olivier; otras de las gentes del pueblo (que se vestían primorosamente para la ocasión), otras de su estudio, otras de diferentes paisajes del pueblo. Cada una de ellas (una veintena en total) es una pequeña joya, no solo porque «la muestra hace evidente el uso que Picasso hacía de la fotografía como herramienta de trabajo artístico, que es el origen de las grandes obras cubistas de aquel año» sino porque la exposición es realmente didáctica y ofrece información concisa de diversa índole.




En las fotos podéis ver cómo cada una de las reproducciones viene acompañada de un texto en el que se nos explica qué aparece en la imagen, por qué motivo, qué repercusión tuvo en la vida y obra de Picasso e incluso si él o Fernande se habían referido a ella en alguna carta o escrito.

Para mí destacan las imágenes del taller donde trabajó Picasso durante su estancia en Horta, aunque solo sea porque a uno casi le da la impresión de estarse paseando por allí (y, como no, porque marea bastante imaginarse el valor de lo que había allí dentro), pero principalmente me sorprendieron las fotografías de paisajes, evidente antesala de alguno de mis cuadros favoritos: soy yo la única que pensaba que Picasso hacía una interpretación cubista de la realidad? Es alucinante ver cómo es algo mucho más cercado a la creación de una realidad cubista.



Finalmente, la exposición es de acceso libre, cosa que significa que puede uno invertir su dinero en el catálogo y, más importante, que no hay excusa para no pasarse por allí!


Nota en la escala M de exposiciones: 8 sobre 10

martes, 3 de noviembre de 2009

Modernologías

Son varios ya los lectores y no tan lectores que me han pedido mi opinión sobre la nueva exposición del MACBA Modernologías: Artistas contemporáneos investigan la modernidad y el modernismo. A todos ellos, siento el retraso! Pero finalmente, aquí la tenéis.


El MACBA nos propone con esta exposición una reflexión sobre la modernidad, que ellos plantean como un movimiento de carácter principalmente sociopolítico que exigió a los artistas no sólo que «describieran la vida moderna de una forma adecuada, [...] con el objetivo de reflejar el utópico potencial de la modernidad, pero también las vertientes destructiva y regresiva de la revolución y la agitación».


Aclaremos que la modernidad de la que nos hablan es aquella que se inicia a finales del siglo XIX y que termina con la llegada de la posmodernidad, a lo largo del último tercio del siglo XX -modernidad en el sentido más amplio del término y en la que se incluye el modernismo al que se refieren en el título de la exposición.


La exposición nos plantea que, pasadas algunas décadas, otros se han comprometido de nuevo con un pensamiento reaccionario a nivel social y político, de modo que «una joven generación de artistas [plasma], cada vez más, en sus obras el legado y las promesas de la modernidad y el modernismo, incluso el fracaso de la utopía, [buscando] posibles formas de autorrealización». A partir de esto, el propósito del MACBA es hablar de la investigación artística y discutir, en base a obras concretas que tratan las temáticas centrales de la modernidad, los límites de ésta y del modernismo, revelando nuevas interpretaciones nacidas en el momento presente y la perspectiva de los artistas sobre antiguas problemáticas (la producción del espacio, la creación de lenguajes universales y las políticas de display) –siempre de manera paradójica, puesto que hoy conocemos el fracaso de éstas.


En sus propias palabras, no promueven un «nuevo formalismo» ni una «vuelta a la abstracción» ni la «revelación de modernismos desconocidos», por lo que debemos entender la exposición como un paseo por distintos ámbitos de reinterpretación de la modernidad.


Hasta aquí lo que el MACBA nos dice, desde hace unos días, sobre la exposición. Aclaro en especial este punto porque, en el momento de la inauguración, ni la reseña en la web ni la nota de prensa eran tan explícitas ni explicativas, de modo que, por mucho que el espectador intentara preparase, llegaba a la exposición bastante a ciegas. Con todo, parece que el inconveniente está resuelto ya.


Creo que el mayor problema de Modernologías reside en que, más allá de la cantidad de información que uno haya podido obtener antes de llegar a las puertas del museo, una vez allí no hay un hilo que lo guíe a través de la exposición. La gran dispersión por salas y plantas distintas no ayuda, sin duda, a ubicarse, y se echan de menos los clásicos paneles que dan información de cada uno de los distintos ámbitos expositivos (por sugerir la solución más sencilla).


Pese a que se han organizado una serie de conferencias y mesas redondas en las que, aparentemente, se ha discutido el tópico a tratar, por lo que yo he podido ver, el público asistente era, en su mayoría, personal del MACBA.


Esto me hace preguntarme a quién va dirigida realmente esta exposición: si bien es cierto que el arte contemporáneo no es de fácil acceso, me gusta pensar que el principal cometido de un museo de arte contemporáneo es precisamente hacerlo comprensible a todo tipo de público. Desafortunadamente la impresión que me da es que el MACBA, más que ampliar el círculo, cada vez lo limita más.


Germano Celant nos contaba ayer, precisamente en una conferencia en el MACBA, que esto es terrorismo cultural. Y pese al nombre tan exagerado que eligió, su idea de que el curador no debe dirigirse solo a los que saben sino a todos, incluidos aquellos que no saben nada, tomó un significado mucho más fuerte entre esas paredes.


En fin, espero haber echado una mano a quienes no sabían qué esperar cuando esperaban en la puerta del MACBA y allanado un poco el camino para los que todavía no hayáis ido a ver Modernologías. Como siempre, sabéis que mis valoraciones sobre la escala M de exposiciones son totalmente subjetivas y deliberadas, así que no os sorprendáis si esta vez no encontráis una gran nota. Con todo, espero que los que la hayáis visto/vayáis a ver os dejéis caer por aquí para dejar constancia de vuestras opiniones!



Nota en el escala M de exposiciones: 5 sobre 10.


UPDATE:

Para los que me preguntabais sobre las recomendaciones una vez dentro de la exposición, ahí va mi lista de must-see's:

- Martha Rosler, How do we know what home looks like

- John Knight, Mirror

- Louise Lawler, Well Being


Recomiendo, en todo caso, una visita al blog Centre for the Aesthetic Revolution, donde encontraréis una buena colección de imágenes de la exposición.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Arte Accesible

El lunes por la tarde tuve el placer de asistir a las jornadas Art Accessible organizadas por Obra Social de Caixa Catalunya y Articket en La Pedrera. Una pena no haber podido ir también por la mañana porque según leo fue muy interesante...




Con la intención de «reflexionar, poner en común experiencias y conocer las necesidades de un sector de público hasta hace bien poco olvidado», se dieron cita en La Pedrera varios peces gordos del ámbito museístico: mientras que la aparición estelar de la mañana fue la de Francesca Rosenberg, directora del MoMa Access Programs Education Department, por la tarde el plato fuerte estuvo a cargo de Matthieu Decraene, responsable del desarrollo del programa de accesibilidad del Louvre.




La de Decraene fue una intervención verdaderamente interesante (cuanto menos para mi, que hasta ese momento no sabía nada del tema). Comentaba que en el año 2005 el Gobierno francés tramitó una ley que establecía como fecha límite el año 2015 para que todo museo y centro artístico o cultural en Francia fuera TOTALMENTE accesible, que significa para todo el público discapacitado: motriz, sensorial y mentalmente. El Louvre, si bien ya contaba con cierta oferta en este campo, empieza entonces una carrera para adaptarse a las nuevas exigencias. Me pareció especialmente curioso que el punto de partida fueran los accesos físicos al centro (aunque los autobuses que llegan al Louvre estuvieran adaptados para sillas de ruedas, las aceras que rodean el museo, por ejemplo, no lo estaban) y a partir de ahí todo fue tirar del hilo para deshacer la madeja, idea que no deja de ser sobrecogedora cuando pensamos en un museo dividido en 7 plantas, varios edificios e incontables niveles.

Matthieu contaba que una de las premisas del Louvre es que no todas las visitas guiadas favorecen a todos los públicos. Así, su equipo ha diseñado diferentes ofertas no solo para cada uno de los tipos de público (sordos, ciegos, etc.) sino también para diferentes subgrupos que pueda haber dentro de éstos. Por ejemplo, no todos los que sufren una discapacidad auditiva se comunican por lenguaje de signos, sino que algunos se comunican oralmente, con la lectura de labios; el Louvre cuenta, pues, con visitas organizadas en ambos lenguajes.

Con todo, lo que más me entusiasmó fue la oferta del museo para los ciegos, quizá porque, en mi cabeza, era el problema más difícil de resolver. Así, el Louvre cuenta, desde hace más de 10 años, con lo que han llamado galerías táctiles, pequeñas salas donde se organizan exposiciones temporales donde el arte se entiende a través del tacto. Nos contaba Decraene que una de las últimas exposiciones organizadas estuvo dedicada a explorar el movimiento en la escultura: varias maquetas de diferentes obras de la historia del arte buscan que el "espectador" pueda reconocer no sólo las formas sino también los materiales (GRAN diferencia entre el tacto del bronce, el del mármol y el de la piedra), y entender verdaderamente qué es y qué ha sido el movimiento en distintas épocas de la historia. Otro de los cursos que han organizado ha sido el de la historia de los bodegones, donde distintos dibujos en relieve dan a conocer a los invidentes la distribución de los objetos, su significado, etc. Dado que en estos momentos yo solo podía pensar "quiero ir, quiero ir, quiero ir", no es de extrañar que casi me desmayara cuando nos contó que, de hecho, se organizan actividades para grupos mixtos, donde se consiguen interesantes intercambios de experiencias y opiniones.




La idea está tan bien pensada que incluso podemos descargar en la página web varios documentos para organizar nuestra visita al Louvre: desde mapas interactivos hasta recorridos especializados, pasando por todo tipo de recomendaciones, etc. Eso sin contar con que, una vez allí hay sillas de ruedas, audioguías adaptadas, planos en 3 dimensiones y mucho más a disposición del visitante. El único inconveniente? Que me temo que estos servicios solo se ofrecen en francés.

Pese a todo creo que, efectivamente, lo que el museo busca no es ser accesible cuando, de manera puntual, uno de sus visitantes sea un discapacitado. El verdadero objetivo (y, por qué no, el verdadero reto) es ser 100% accesibles, todas las horas del día, todos los días del año.

lunes, 12 de octubre de 2009

Souvenirs con efecto

El otro día me fui a estrenar (un poco tarde) la sede del DHUB de calle Montcada: El Efecto Souvenir prometía y cierto es, como veréis, que no defraudó.


La exposición parte del origen histórico del souvenir para proponer una reflexión sobre su evolución, su significado y su uso, en la mayoría de casos metafórico: «tiene sus raíces en los primeros viajeros por motivos religiosos o de conquista. […] En los siglos XVII y XVIII ya surge la necesidad de “poseer” objetos del lugar visitado, como prueba de que el visitante ha estado allí, de que se ha vivido una experiencia», nos explican.


Así, el recinto se divide en distintas secciones que abordan perspectivas diferentes. La primera y más floja es La vuelta al mundo a través de los museos, que recopila souvenirs de museos de diseño de todo el mundo. La segunda, titulada Descubriendo el mecanismo del souvenir, propone los elementos del fetiche y la nostalgia como claves para comprender el éxito que siempre ha tenido el souvenir. No os perdáis el vídeo que proyectan entre esta sección y la siguiente: El pasado es un país extranjero de Andrés Hispano reflexiona sobre la noción de nostalgia en el cine:



La muestra sigue con una Pequeña historia del souvenir, que además clasifica los distintos tipos de consumidor de souvenir, desde el fanático coleccionista hasta el mangui, y con El efecto souvenir, en la que nos invitan a reflexionar sobre lo que ellos han llamado souvenización, aquellos acontecimientos, personajes y demás que han pasado a ser considerados un souvenir -véase la caída del muro de Berlín o la propia Lady Di. Finalmente, Más allá del kitsch es un festival del souvenir inteligente e irónico, que demuestra cómo siempre se puede dar una vuelta de tuerca más a la cuestión.


Pero vamos ahora a lo que nos incumbe, que es el montaje de la exposición, desde el principio. Lo primero que se encuentra uno nada más entrar es a un par de chicas muy amables que le ofrecen un ordenador portátil. Y repito por si acaso: UN ORDENADOR PORTÁTIL.



La idea es la siguiente: los objetos expuestos no cuentan más que con un cartelito en el que se indica el nombre y la procedencia del mismo, tarea ya de por si complicada en una exposición de estas características. Así, cada visitante tiene un pequeño ordenador (a los informáticos que me leen: contadme de dónde ha salido semejante invento!) en el que se da más información sobre lo que se está viendo. Tan bien pensado que viene por orden. E incluso mejor, porque todo sigue una numeración, de manera que si no te interesa mucho el ítem 35 puedes pasarte directamente al que te de la gana solo pulsando un botón. La aplicación incluye también un plano de la sala, introducciones a los temas que se tratan en los distintos ámbitos expositivos e incluso ampliaciones a la información de cada artículo por si acaso te ha gustado mucho mucho el gato de la fortuna chino y quieres saber más sobre él.


Una vez equipado tecnológicamente entra uno en las salas, muy amplias y con una iluminación tenue que invita a tirarse un buen rato ahí cotilleando las mil cositas que nos enseñan. Destacables son los paneles en los que nos dan la información introductoria de cada sala, que no solamente están en 3 idiomas (yuhuuu) sino que además están en 3 dimensiones y dan un toque muy cool.


Una idea que me gusta cada día más: separar las salas por cortinas de tiras decoradas, en este caso con más imágenes superpuestas en distintas profundidades y colores.


Las vitrinas en las que se exponen los objetos son, en si mismas, dignas de admirar.


Pero quizá la idea que más me ha gustado ha sido la de colocar la información sobre los objetos (como he dicho antes, nombre y procedencia) en unos pequeños tubitos de plástico que cuelgan del techo, que puedes toquetear a placer.


Finalmente, en la sala Más allá del kitsch, encontramos que los propios objetos han sido emplazados en tubitos de metacrilato y colgados del techo por todas partes. Cierto que es un poco locura entrar allí y tener que sortear los obstáculos, sobre todo en una exposición tan larga: en mi opinión la sala se aprovecha poco porque uno está cansado y, al llegar allí, el bombardeo de información es tal que cuesta bastante de digerir.


Que me ilustren los ilustrados, pero creo que tratándose de un centro dedicado al diseño no se podía esperar menos: la disposición es totalmente rompedora, moderna, arriesgada, divertida, absolutamente no monótona y original. Con todo yo me pregunto: qué es lo que falta para que estas ideas den el salto a los museos/centros más tradicionales? Por qué razón para ver un Velázquez tiene uno que enfrentarse al típico letrero blanco sobre pared blanca con letras en negro fuente Times New Roman?


Con sus más y con sus menos, y quizá con sus limitaciones, esta exposición es altamente recomendable. Todo un ejemplo de cómo no debería uno centrarse en lo que nos venden como cultura sino ampliar los horizontes, no solo del término, sino del propio acto de VER una exposición. Anda, iros todos al DHUB y luego me contáis.



Puntuación en la escala M de exposiciones: 9
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