miércoles, 17 de febrero de 2010

Momentos artísticos 3

Hoy retrocedo en el tiempo para hablaros de la visita que hice al Barcelona Supercomputing Centre en el marco de las jornadas Certeza Simulada que ofreció el Arts Santa Monica el pasado mes de octubre. Puesto que la idea de las jornadas era reflexionar sobre los límites entre pensamiento, ciencia y arte, la elección de visitar el BSC parecía especialmente acertada.


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Para situaros un poco os cuento que el BSC es «una infraestructura científica y tecnológica singular del Estado español», gestionada por un consorcio formado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, la Generalitat de Catalunya y la Universidad Politécnica de Cataluña. El hecho es que el BSC alberga el MarNostrum, uno de los ordenadores más potentes de Europa (concretamente el decimoprimero) y del mundo (número 60 de 500, cosa bastante espectacular si tenemos en cuenta quiénes son los otros 59), cuya misión es «investigar, desarrollar y gestionar la tecnología para facilitar el progreso científico».


Lo cierto es que es un bicho. Para que os hagáis una idea, tiene una capacidad de cálculo de 94.21 Teraflops (es decir, puede hacer 94.21 billones de operaciones por segundo) y cuenta con 10.240 procesadores IBM (vamos, de los que tenemos tú y yo en casa). Entre otras cosas ha colaborado en las investigaciones sobre las propiedades físicas del ADN, el impacto del cambio climático en Europa, sobre la creación del universo y un largo etcétera –de hecho, empresas privadas como Airbus o Repsol son algunos de los grandes colaboradores del BSC.


Pero no penséis que vengo aquí a hablaros de informática porque para mi lo más curioso del BSC es su ubicación. Y es que, dónde pondríais vosotros una súper máquina súper moderna y súper poderosa? Bien, quien quiera que fuera el encargado de responder a esa pregunta en 2004 respondió… EN UNA CAPILLA (ver noticia vintage)


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Efectivamente, el MareNostrum se encuentra en el interior de la capilla de Torre Girona, anexa al rectorado de la UPC, que antiguamente había hecho las veces de auditorio (e incluso de aula de exámenes, según cuentan algunos). La capilla data de 1920 y, pese a que su valor artístico era más que cuestionable, hoy en día desprende un halo de misterio y una elegancia que probablemente no hubiera conocido si el encargado de responder a una pregunta en 2004 no hubiera pensado en ella.


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Así, una gran urna de vidrio alberga la estructura interna del súper computador (si queréis saber lo que hay dentro los expertos lo explican aquí) y, para que todo sea todavía más espectacular, podemos ver también las conexiones inferiores gracias a que el subsuelo no está cubierto.


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Bien, digamos que mis habilidades para hablar de informática son más que limitadas pero el BSC organiza visitas guiadas de lunes a viernes donde os explicarán más y mejor de qué va esto. Yo me limito a recomendaros la experiencia por lo diferente, lo original y lo bizarro del caso.

4 comentarios:

Qualunque dijo...

Qué curioso!

Lo de los Teraflops me ha impresionado.



A mí me apetece esta Expo:

http://www.fundaciomiro-bcn.org/exposicio.php?idioma=4&exposicio=1955&titulo=Murals

Unknown dijo...

Una visita muy recomendable. Por si alguien quiere repetirla, el BSC acompaña a grupos todas las semanas:
http://www.bsc.es/plantillaC.php?cat_id=37

M. dijo...

Qualunque, anímate verlo!

patricia dijo...

Que curioso e interesante. Gracias de nuevo por descubrirnos estas realidades tan próximas y desconocidas.

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